abril 18, 2020

Se puede sentir el espíritu de la uva.

Nacimos como una marca de bolivianos, para bolivianos, pero gracias a 92 años de trayectoria, tres generaciones de una familia y el apoyo de nuestra población; logramos trascender fronteras, poniendo en alto el nombre del país y de este destilado único en el mundo.

Un total de 70 jueces de distintos países evaluaron alrededor de 5000 licores durante dos semanas en Francisco World Spirits Competition (SFWSC), eligiendo a Singani Los Parrales cómo uno de los ganadores del reconocimiento más prestigioso: La medalla doble oro.

SFWSC es considerado considerado uno de los eventos más influyentes de destilados y licores, con el jurado más amplio y exigente. Los medallistas de este concurso representan algunos de los mejores de todo el mundo.

Nuestra lista de ingredientes es simple: Uva y solo uva. A diferencia de otras marcas de singani, Los Parrales no pasa por procesos de maceración para brindar un sabor excepcional, porque nuestra tecnología de primera línea logra un destilado de máxima calidad, fruto de más de cinco años de investigación junto a la Universidad de San Luis Obispo de California, la Universidad de Mendoza y la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho.

Gracias a este nuevo método de elaboración, se logra un singani mucho más sano, puro y estructurado, reduciendo el metanol a la mitad en comparación al procesamiento tradicional y resaltando las cualidades organolépticas del singani. Es por eso que llevamos en alto el slogan «Se puede sentir». Se puede sentir, el auténtico espíritu de la Moscatel de Alejandría, con el sabor que las condiciones climáticas y geográficas de los valles tarijeños le otorgan. Se puede sentir la historia, que se remonta a 1893, Se puede sentir el trabajo y la dedicación de las manos bolivianas que trabajan en el proceso de producción del singani.

Después de dos años de pruebas, renovamos nuestra imagen. Para resaltar el origen de todo, hojas de parra cobran vida con su alto relieve, adornando nuestras cajas y botellas. Para comunicar la pureza del destilado, se optó por un diseño minimalista y por una botella que permite ver a través de ella un racimo de uvas moscatel de Alejandría.